París, 11 de enero del 2015, todos eran: Je suis Charlie
(«Yo soy Charlie»)
en alusión al nombre del semanario satírico atacado.
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Paris 2015, casi dos millones de personas se
concentran en la capital de Francia. Todo son muestras de apoyo a la redacción del semanario
satírico "Charlie Hebdo"
(*), en cuyo ataque perdieron la vida doce personas.
En la manifestación, donde se encontraban los
principales lideres políticos europeos entre ellos Mariano Rajoy, fue un grito
por la libertad y la paz, una condena al terrorismo y un canto… a la libertad
de expresión.
Es de agradecer la presencia de nuestro
presidente como muestra de solidaridad y en defensa de determinados valores…
entre ellos la libertad de expresión.
España 2017, comienzan los juicios y condenas de
cárcel a particulares por comentarios, burlas y chistes difamatorios vertidos
en la red social de Twitter, al ser interpretados como incitación al odio o
apología del terrorismo. Rajoy no se manifiesta… por la libertad de expresión
de estos particulares tan poco acertados.
Hay
veces que la critica, el humor, la sátira, el cinismo, la difamación, la burla
e incluso la apología de determinadas cosas, es menos arriesgado hacerlo con el
paraguas protector de una empresa: en una revista o periódico, dentro de un
programa televisión o en la ondas de una emisora de radio. Ejercerlo como
particular, en la redes sociales o en otros medios, es bastante más arriesgado
y al parecer punible.
Juzgar y condenar a un medio de comunicación
por delitos similares, puede acarrear a un Gobierno efectos catastróficos… a un
particular no, incluso puede ser ejemplarizante para el resto de la ciudadanía.
Puede parecer perverso, y lo es.
(*) Este
semanario satírico francés se fundó en 1992 y en principio tomó su nombre de
una publicación satírica francesa de los setenta, llamada “Hara-kiri”
(curiosamente “Hara-kiri” tuvo una edición española con ese mismo nombre y con
el ilustrativo subtítulo de “Humor bestia y sangriento”. Eran tiempos donde el
humor – también en España– se mezclaba con el sexo, la política y la religión
de una manera obscena, irreverente y escandalosa… sin escandalizar a nadie). Una
publicación totalmente incorrecta en todos los aspectos, si fuera publicada
hoy.
El
semanario, ya con su nombre actual, cobró relevancia internacional cuando se involucró en la
controversia sobre las caricaturas de Mahoma en 2006. “Charlie Hebdo” republicó las
caricaturas aparecidas en el periódico danés “Jyllands-Posten” hacia febrero de 2006.
Fue el medio que publicó el manifiesto de doce intelectuales como Salman
Rushdie
o Bernard-Henri Lévy a favor de la libertad de expresión y en contra de la
autocensura (1 de marzo) y fue demandado por autoridades islámicas
francesas, acusándole de un delito de "injurias públicas contra un grupo de
personas en razón de su religión". El juicio contra el
director del semanario, Philippe Val, comenzó en febrero de 2007 y fue considerado una piedra
de toque respecto a la libertad de expresión.
En la noche del 1 al 2 de noviembre de 2011, “Charlie Hebdo” fue atacado por
presuntos islamistas radicales con un cóctel Molotov. Una semana más tarde, el
periódico satírico publicó en portada una viñeta en la que un musulmán y un
dibujante de Charlie Hebdo se
besaban en la boca, con la leyenda «El amor es más fuerte que el odio». Lo peor
estaba por llegar.
En la mañana del 7 de enero de 2015, dos hombres vestidos de negro y
enmascarados portando fusiles automáticos, irrumpieron en la sede de “Charlie Hebdo” en París. Mataron a
doce personas e hirieron de gravedad a otras cuatro. La rama yemení de Al Quaeda reivindicó el ataque «como
venganza por el honor» del profeta Mahoma, fundador del islam.
El 11 de enero del mismo año,
unos dos millones de personas, entre ellas más de 40 líderes mundiales
participaron en París en una marcha por la unidad
nacional, y 3,7 millones de personas se unieron a las manifestaciones en toda Francia. La frase: Je suis Charlie («Yo soy Charlie»)
fue un lema común de apoyo a las manifestaciones y en los medios sociales. Se
condenaba de esta manera el terrorismo, se defendía la libertad, se reclamaba
la paz y se ensalzaba… la libertad de expresión.
Este post me ha recordado al clásico "Dos noticias juntas se entienden mejor". Excelente vistazo recapitulativo que invita a la comparación y a la reflexión.
ResponderEliminarQue no te quepa ninguna duda de ello. La diferencia de rasero cada vez es más escandalosa...
ResponderEliminarSaludos.
"Libertad de expresión", el propio entrecomillado lo dice todo, y es que hoy en día, la libertad de expresión no es tal, depende de lo que escribas/digas y quien te lea/escuche; en un país como España que se considera democrático y es regido por un régimen dinástico venerado por haber llevado a cabo esa gran falacia llamada transición, tenemos un ejemplo directamente relacionado con lo escrito en el presente artículo.
ResponderEliminarLa revista "el Jueves" ya fue secuestrada en 2007 de los quioscos de todo el territorio nacional y puesta en entredicho en varias ocasiones, cuando lo único que ha hecho siempre es hacer uso de uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia que se precie, la libertad de expresión, ¿y qué fue lo que propició tal ataque a la libertad de expresión?, satirizar a miembros pertenecientes a la casa real.
Algun@s de ustedes se preguntarán, pero, ¿dónde ha terminado la susodicha libertad de expresión cuando es secuestrada y encarcelada por la orden del Juez que ordenó la retirada de tan polémico número de la revista?, yo se lo diré señoras y señores, donde siempre ha estado en éste país, en el limbo de la hipocresía de quien se define a si mism@ como defensor de la misma, ya que según les interese y como lo interpreten, es libertad de expresión o es un ataque directo a la Jefatura del Estado, algo que como tod@s sabemos, está totalmente prohibido por la Constitución irreformable del 77.
Ante ésta agresión del aparato del Estado contra dicha libertad, no he visto noticiarios, manifestaciones con dirigentes políticos a la cabeza (esas fotos porque es lo políticamente correcto y que dan votos) y menos aún, lemas pegadizos coreados por el borreguil pueblo llano que ni se paran a pensar en si lo que están diciendo contiene sentido alguno; cada cosa en su contexto lógicamente ya que no pretendo comparar la tragedia acontecida en Francia hace un par de años con el secuestro del Jueves por satirizar a la mal llamada familia real, pero si es un ejemplo totalmente válido para vislumbrar la libertad de expresión en la prensa según los intereses de quien en sus manos tiene el poder del Estado y como los ciudadan@s delimitan su moral y principios según el prisma que les proporciona el propio cuarto poder.
-Raskaipika-
Porque mientras que les siga picando, seguiremos rascando.