La pieza elástica helicoidal o espiral que nos hace saltar o la existencia sensual, suave y blanda que nos atrapa.
El grafiti que ensucia una pared o el texto cuyo mensaje nos desconcierta.
El mensaje nació a mediados de 1980 y se agotó en 1993. El resorte perdió su elasticidad y no volvió a recobrar su forma natural, atrapado indolente por la distensión y agotado por tanta tensión.
Unas décadas después "Muelle" sigue gritando su mensaje en algunas paredes de Madrid. Era una simple palabra, un mensaje vacío, una forma de expresión alternativa sin pretensiones políticas, un grafiti ensuciando una pared. Pero también representaba el resorte que durante casi una década agitó la vida política y cultural de España... un "muelle" del que ahora carecemos.
(*) A mediados de la década de 1980, en la época de la Movida madrileña y durante los años de la Transición, Argüello empezó a reproducir en paredes y espacios públicos del barrio de Campamento, en Madrid, el logotipo que había diseñado, compuesto por la palabra Muelle, el dibujo de un muelle acabado en una flecha y una letra R enmarcada en un círculo (según declaró, registró posteriormente su firma para tener el copyright). Primero con rotulador de tinta y después con pintura en aerosol. Argüello sembró la ciudad con su diseño, sobre el que no faltaron quejas, ya que no se le encontraba sentido. Los sucesivos diseños de la firma fueron evolucionando y haciéndose más complejos.
La profusión de su obra, su ubicación, visibilidad en espacios públicos y lo llamativo de sus diseños, contribuyeron a su popularidad. En diversas entrevistas en televisión y en prensa, el autor negaba pretensiones políticas a su actividad, que según él obedecía únicamente a la búsqueda de formas alternativas de expresión.
En 1993 dejó de firmar por considerar que su «mensaje» estaba ya «agotado». Víctima de un cáncer de hígado fulminante, falleció el 30 de junio de 1995.
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