Los cinco depredadores consumaron su objetivo sin que la víctima ofreciera resistencia, motivo por el cual fue un simple abuso y no una cruel agresión sexual. Actuar en grupo contra una solitaria víctima garantiza que esta difícilmente vaya a ofrecer resistencia y sea más fácil quebrar su voluntad y conseguir su sometimiento. Al no ofrecer resistencia no tienes que ejercer violencia, si no ejerces violencia no hay agresión, si no hay agresión todo queda en un simple abuso.
Acorralar a la víctima contra la pared, obviar sus gritos, su dolor, su angustia, su hastío, someterla, manifestar jactancia, diversión, ostentación, alarde, desprecio, tratarla como un mero objeto con desprecio de su dignidad personal es simplemente un abuso… como la sentencia.
La condena ha sido de abuso, pero en la calle se ha sentido como una salvaje agresión a una mujer, a una persona, a todos nosotros.
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