Madrid, sede del
Partido Popular, protesta de un militante desplazado
de su puesto de trabajo por
Pablo Casado
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Después de años como “político profesional” labrándote un futuro, no es de recibo que un cambio en la cúpula del partido de al traste con tus expectativas profesionales… sobre todo si eres del PP o PSOE. Los nuevos partidos –si se mantienen– tendrán el mismo problema dentro de unos años, aunque lo nieguen.
No sólo te condenan al ostracismo y recortan tu cuota de poder, sino que tu “salario” está en peligro. Y eso duele, sobre todo si has vivido siempre de un cargo en un Ayuntamiento, una Autonomía o en el Estado. Tu que lo has dado todo por tu partido y tu país te quedas ahora sin trabajo, sin saber hacer otra cosa.
A la incertidumbre de que un cambio electoral te deje en la cuneta, se suma que una guerra interna en tu propio partido ponga en riesgo tu puesto de trabajo. Maldita democracia, peste de votaciones.
La política es un sin vivir, por eso cuando consigues un puesto lo amarras bien, lo utilizas como trampolín, como medio para hacer la pelota a los de arriba, establecer contactos y sacar todo el rendimiento posible… algunas veces se te va la mano y terminas imputado. Tiene sus riesgos.
Los últimos días, el mejor ejemplo de una persona con estos “problemas profesionales” ha sido Ángel Garrido. Presidente de la Comunidad de Madrid por “accidente”, Ángel apostó sin reservas por quién parecía en el PP como indiscutible caballo ganador: Cospedal.
Error, metedura de pata muy grave. Cayo Cospedal, quedaron Pablo Casado y Santamaría. Para no volver a arriesgar, Ángel intentó contemporizar con los dos, incluso afirmó haber tomado “pinchos de chorizo con Pablo”, al tiempo que decía muy serio que Soroya era la lista más votada. Pero esto de hacer la “pelota” a dos bandas o poner “una vela a Dios y otra al Diablo”, es un ejercicio de riesgo. Casi un suicidio.
Garrido que en una ocasión también comentó: "Soy Ingeniero de Minas de profesión y político por vocación” o "Mi patria es Vallecas", es consciente que tiene pocas posibilidades de ser propuesto como Presidente de la Comunidad del Madrid por PP en las próximas elecciones. No hay nada peor que verse obligado a decir en algún momento: "siempre estoy a disposición del partido".
Con suerte se le permitirá algún puesto de consejero, siempre que el PP gane las autonómicas. También tiene la opción de conseguir trabajo como diputado autonómico o a unas malas, concejal en el Ayuntamiento de Madrid (fue su punto de partida). Y si ya no le quieren en su partido… puede dejar su “vocación” y volver a su “profesión”.
Algunos en estas circunstancias se lo piensan y cambian de partido, es otra opción. Si eres un buen "político profesional", no nos podemos permitir esa perdida. Ánimo.
(*) En las últimas elecciones el PP y PSOE han visto peligrar el bipartidismo, con lo que eso supone de perdida de poder y puestos de trabajo. No es agradable tener en Ferraz o en Génova plañideros solicitando un "puesto", no hay trabajo para todos... porque ahora con los nuevos partidos "todo" está más repartido.
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