La rojigualda –a
pelo–, sin escudos controvertidos ni figuras horteras
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EL SÍMBOLO
La Bandera
es un símbolo que puede unir ciudadanos de un mismo país, una comunidad, una
organización, una cofradía, una empresa e incluso a aficionados de un mismo
club deportivo. Sirve para aunar voluntades, para ponerse serio y para irse de
fiesta. En el peor de los casos se lucha por ella, se muere y también se mata.
El valor y significado de una bandera no esta escrito, reside en la imaginación
de cada persona. Y como toda creación mental, es algo totalmente subjetivo.
El valor y
significado de nuestra bandera se dañó y quedó algo chafado con la Guerra
Civil. Se enfrentaron en esta guerra dos ideologías irreconciliables y al mismo
tiempo dos banderas físicamente diferentes.
La
Transición tampoco ayudo mucho, se cambió el escudo pero sus colores lucían con
orgullo en pulseras, colgantes y gallardetes de la derecha, como homenaje y
recuerdo a un franquismo añorado. Nuevamente la bandera… secuestrada.
Por eso se
ha mirado la bandera con recelo, nunca se ha sentido como un símbolo de
"todos", sino como un símbolo de "ellos". Es tal vez el
momento de recuperarla para "todos", independientemente de las ideas
políticas. De sentirla como propia, de acudir a un evento deportivo
internacional y llevar la bandera con orgullo… sin el toro de Osborne como
escudo. Mira que somos horteras.
Tampoco,
todo hay que decirlo, el escudo ayuda mucho. Hemos sufrido cuatro
modificaciones del mismo. Los colores van por el camino de la aceptación, pero
los símbolos que componen el escudo contienen un símbolismo rancio donde no
todos ni todo está representado y si hay mucho excluido: el cuartelado con las
armas de Castilla, León, Aragón y Navarra. El escusón de Borbon-Anjou al centro
y en la punta las armas de Granada. La Corona Real al centro, bien hermosa. Las
Columnas de Hércules rematadas de mini corona real y mini corona imperial. Y el
lema Plus Ultra ("Mas allá"),
lema personal que ya utilizó Carlos V. Lo dicho, un conjunto disjunto pelín antediluviano,
más propio del XVII, XVIII o del XIX. Claro que cambiar el escudo por un toro,
tampoco es de recibo.
LA
HISTORIA
El blanco, propio de la Casa de Borbón,
también era el paño utilizado en el siglo XVIII por las
distintas ramas de los Borbones que reinaban en Francia, el Reino de las
Dos Sicilias y el Ducado de Parma,
además de España. En 1785 Carlos III, harto de sufrir en sus barcos las guerras de sus
parientes, decide cambiar el pabellón nacional de la Marina española para
diferenciarse mejor de estas otras naciones. Los ingleses y sus aliados tenían
la fea costumbre de disparar primero y preguntar después, si el barco era de Borbón
enemigo o de Borbón neutral. Por llevar la "enseña familiar"… nos
estábamos quedando sin barcos.
"Para
evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede
ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval y demás Embarcaciones
Españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con la de
otras Naciones, he resuelto que en adelante usen mis Buques de guerra de
Bandera dividida a lo largo en tres listas, de las cuales la alta y la baja
sean encarnadas y del ancho cada una de la cuarta parte del total, y la de
enmedio, amarilla, colocándose en ésta el Escudo de mis Reales Armas"
Este diseño rojigualda se conserva
hasta nuestros días, aunque ha habido constantes variaciones del escudo.
Solamente la proclamación de la Segunda República
Española en 1931,
durante la que se utilizó la bandera tricolor
republicana de franjas horizontales de igual tamaño entre ellas,
sustituyéndose en la franja inferior el rojo por el morado, constituyó un
paréntesis en su uso.
Tras la Guerra Civil,
se volvió a la bandera bicolor, pero con el nuevo modelo de escudo, el modelo
de 1938. Posteriormente, se
cambió el escudo en dos ocasiones más, con los modelos de 1945 y 1977 , hasta el actual modelo de 1981.
LAS
ANECDOTAS
– El
amarillo: Gualda, es una hierba de la familia de las Resedáceas, con tallos ramosos
de cuatro a seis decímetros de altura, hojas enteras, lanceoladas, con un
diente a cada lado de la base, flores amarillas en espigas compactas, y fruto
capsular con semillas pequeñas en forma de riñón. Aunque abunda bastante como
planta silvestre, se cultiva para teñir de amarillo dorado con su cocimiento.
Pues
bien, no se sabe a ciencia cierta si fue un hortera o un finolis, el que tuvo
la ocurrencia de bautizar como "gualda" el color amarillo de la franja
central. Ya hemos visto que Carlos III dice taxativamente: "y la de
enmedio, amarilla,". Tal vez en esos tiempos el amarillo no tenia las
connotaciones actuales de color maldito. De una manera u otra, tontunas de gran
calado.
– La
canción: El 31 de octubre de 1919 se estrenó
en el teatro Martín, de Madrid, la revista Las Corsarias. El autor de la música
fue el maestro Francisco Alonso, y los libretistas, Enrique Paradas y Joaquín
Jiménez.
Su
famoso pasodoble "La Banderita"
se dejó escuchar inmediatamente por calles y cafés, lo cantaron los soldados
que iban a la guerra de África y hasta el propio rey Alfonso XIII confesará que
lo cantaba mientras se afeitaba (¿no le afeitaban?). La bandera tenía ya canción –popular y sentimental– pero canción al cabo. Canción populachera, entonces lo de populismo no se estilaba.
allá por tierra africana
un soldadito español
de esta manera cantaba:
Como el vino de Jerez
y el vinillo de Rioja
son los colores que tiene
la banderita española
la banderita española
Cuando estoy en tierra extraña
y contemplo tus colores
y me acuerdo de mi España
mira si yo te querré.
Como el vino de Jerez
y el vinillo de Rioja
son los colores que tiene
la banderita española
la banderita española.
Banderita tu eres roja
banderita tu eres gualda
llevas sangre llevas oro
en el fondo de tu alma.
El día que yo me muera
si estoy lejos de mi Patria
sólo quiero que me cubran
con la Bandera de España
Banderita tu eres roja
banderita tu eres gualda
llevas sangre llevas oro
en el fondo de tu alma.
El día que yo me muera
si estoy lejos de mi Patria
sólo quiero que me cubran
con la Bandera de España
Será por historias y anécdotas...
No te mojas mucho, pero es divertido y aleccionador.
ResponderEliminarEn la guerra civil no se fastidió sino en la república que se la cargó. Le pusieron de forma analfabeta el morado como el pendón de Castilla sin saber que el pendón de Castilla es encarnado pero los tintes de cochinilla de la çepoca se degraddaban oscureciéndose hasta el morado, o sea que fallaron desde la primera idea como bobos que fueron.
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